Desde la década de los 90 y ante las primeras señales del acelerado proceso de envejecimiento que se proyectaba para nuestro país, se determinó como un compromiso institucional: contribuir en la sensibilización y promoción del pleno ejercicio y goce de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.
Ha sido un largo camino, que no ha estado exento de grandes desafíos, tanto a nivel internacional como nacional, muchos de los cuales, aún se mantienen vigente hasta nuestros días. La acción en red ha permitido convocar a variadas organizaciones de personas mayores a fortalecer la capacidad de alcance e impacto en la aplicación de los acuerdos internacionales.
La ratificación de nuestro país de la Convención Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, ha marcado un hito en este proceso.
En este contexto, hoy nos sentimos profundamente satisfechos por los logros alcanzados, especialmente por esta publicación que incluye, el resultado de un proceso de participación y consenso para, por y con las Personas Mayores, que hemos denominado la CARTA DE SANTIAGO por la Aplicación de la CONVENCIÓN INTERAMERICANA DE PROTECCIÓN DE DERECHOS DE LAS PERSONAS MAYORES: AQUÍ Y AHORA.
Esperamos que sus contenidos contribuyan a un movimiento social que nos permita aunar esfuerzos y energías para avanzar en nuestro más sentido anhelo; hacer posible envejecer digna y autónomamente en nuestro país, teniendo presente el llamado de uno de los redactores de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Stéphane Hessel, a la insurrección pacífica señalando “coge el relevo, ¡indignate!, porque la peor actitud es la indiferencia. Si te comportas así, pierdes uno de los componentes esenciales que forman a las personas: la facultad de indignación y el compromiso, que la sigue”.
Libro 19
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